Déficit de Atención Y Trastorno de Conducta en Niños
- Murillo Ponce Andrés - Murillo Ponce Sharon -
- 14 ago 2017
- 5 Min. de lectura
Trastorno de Déficit de Atención
El TDAH es más común entre los niños que entre las niñas y afecta entre el 3 y el 5% de los niños en los Estados Unidos.
Las principales características del TDAH son:
Falta de atención
Hiperactividad
Impulsividad
Diagnóstico en TDAH
El TDAH es un trastorno heterogéneo y por lo tanto difícil de diagnosticar. De ahí la importancia de que se acuda a un profesional sanitario cualificado para realizar el diagnóstico (psiquiatra de niños y adolescentes o de adultos, neuropediatra, neurólogo o pediatra) que cuente con una amplia experiencia en el diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
El diagnóstico clínico del TDAH
Los profesionales médicos deben realizar una historia clínica, compuesta principalmente por: anamnesis (mediante entrevistas) y exploración física.
La anamnesis
Se trata de una entrevista clínica en la que el paciente (y en el caso de los menores, también los padres) proporcionan información sobre:
Historia perinatal
El embarazo, el parto, los primeros meses de vida… Esta información resulta importante debido a que se han asociado complicaciones como el consumo de alcohol, tabaco o drogas durante el embarazo con el TDAH.
Presencia de otros trastornos psiquiátricos
Tanto en el paciente como en sus familiares. Se intenta descartar de esta forma un posible caso de TDAH u otro trastorno en los padres.
Síntomas
Cuándo se detectaron por primera vez, cuánto duran, en qué ocasiones se producen, cómo le afectan a nivel funcional. También se evalúa si existe acuerdo sobre los síntomas entre ambos padres, la comunicación entre el niño y los padres, los factores traumáticos.
Exploraciones físicas
Estas exploraciones son imprescindibles para descartar la presencia de cualquier enfermedad que pueda explicar los síntomas que presenta el paciente o que pueda contribuir a su presencia.
Por ejemplo, se debe descartar en casos de síntomas de déficit de atención, que el paciente no presente problemas de audición.
Evaluación psicopedagógica
Una vez realizada la historia clínica, se investiga si existen trastornos del aprendizaje y se evalúa el rendimiento académico del niño a lo largo del tiempo. Para realizar esta evaluación es fundamental la participación de los profesores o el equipo de orientación escolar.
Escalas de diagnóstico de TDAH
Las escalas ayudarán a identificar los síntomas nucleares y también para valorar su intensidad. Se pueden usar de forma complementaria en el diagnóstico del TDAH, pero nunca deben sustituir a la historia clínica. También pueden resultar especialmente útiles para medir la evolución del trastorno, a través de la percepción de padres y profesores respecto a los síntomas y/o el tratamiento.
Estas escalas por lo general funcionan a través de entrevistas estructuradas y semi-estructuradas y ayudan a la hora de realizar el diagnóstico o detectar posibles comorbilidades.
En el diagnóstico del TDAH los especialistas pueden utilizar por lo tanto varios instrumentos en función de las características, sintomatología, comorbilidades o afectación que muestre el paciente:
– Escalas específicas para el TDAH – Escalas de psicopatología general – Entrevistas estructuradas y semi-estructuradas – Pruebas de inteligencia y neuropsicológicas – Evaluación psicopedagógica – Exploraciones complementarias
Tratamiento farmacológico
El papel de la psicoeducación de los padres es un elemento fundamental en el que se debe hacer hincapié antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico. Esto implica que el especialista facilite la información sobre las causas del trastorno, los efectos neurológicos del trastorno, su evolución y las consecuencias en el comportamiento del paciente, las alternativas terapéuticas que existen y el manejo concreto de situaciones.
El especialista debe responder a todas las preguntas y dudas que pueda tener el paciente o la familia sobre la medicación, e informar de forma sencilla pero completa sobre el tratamiento de forma que le puedan comprender.
Trastorno de conducta
Es una serie de problemas conductuales y emocionales que se presentan en niños y adolescentes. Los problemas pueden involucrar comportamiento desafiante o impulsivo, consumo de drogas o actividad delictiva.
El trastorno de conducta ha sido asociado con:
Maltrato infantil
[if !supportLists]Consumo de drogas o alcohol de parte de los padres
[if !supportLists]Conflictos familiares
[if !supportLists][endif]Anomalías genéticas
[if !supportLists] [endif]Pobreza
Causa
El diagnóstico es más común entre varones.
Es difícil saber cuántos niños tienen este trastorno. Esto se debe a que muchas de las cualidades necesarias para el diagnóstico, tales como "actitud desafiante" y la "desobediencia de las reglas", son difíciles de definir. Para realizar un diagnóstico de trastorno de conducta, el comportamiento tiene que ser mucho más extremo de lo que es socialmente aceptable.
El trastorno de conducta a menudo está asociado con el trastorno de déficit de atención. El trastorno de conducta también puede ser un signo inicial de depresión o trastorno bipolar.
Síntomas
Los niños con trastorno de conducta tienden a ser impulsivos, difíciles de controlar y despreocupados por los sentimientos de los demás.
Los síntomas pueden incluir:
Rompimiento de las reglas sin una razón clara
[if !supportLists]Comportamiento cruel o agresivo hacia personas y animales (por ejemplo, intimidar, pelear, usar armas peligrosas, forzar la actividad sexual y robar)
[if !supportLists] [endif]Ausentismo escolar (inasistencia, que comienza antes de los 13 años)
[if !supportLists][endif]Consumo excesivo de alcohol y/o de drogas psicoactivas
[if !supportLists]Inicio de incendios de manera deliberada
[if !supportLists][endif]Mentiras para conseguir un favor o evitar tareas que tiene que hacer
[if !supportLists]Escaparse
[if !supportLists]Vandalismo o destrucción de la propiedad
Estos niños a menudo no hacen ningún esfuerzo por ocultar su comportamiento agresivo. Ellos pueden tener dificultad para hacer amigos verdaderos.
Los trastornos hipercinéticos
¿En qué consisten?
Se caracterizan por comenzar a una edad temprana (a partir de los 3 años), y consisten en una combinación de un comportamiento hiperactivo con una marcada falta de atención y de continuidad en las tareas. Quienes los padecen son niños que están en constante movimiento, que no paran, especialmente cuando se encuentran en presencia de otras personas, y que no acaban sus tareas. Son niños nerviosos difíciles de educar, lo que genera la lógica preocupación de sus familiares y educadores.
Los trastornos hipercinéticos afectan, en nuestro país, al 2,5% de la población. Estudios norteamericanos elevan este porcentaje hasta el 5%, mientras que otras investigaciones en Gran Bretaña estiman la cifra en un 1%. Son tres veces más frecuentes en varones que en mujeres y se dan más en los hijos primogénitos.
¿Cómo se diagnostican?
Estos casos se detectan al observar una falta de atención e hiperactividad (actividad excesiva) en el niño. Deben darse ambas características en más de una situación (por ejemplo, en clase, en la consulta del especialista, en casa). El déficit de atención se identifica porque los chicos cambian frecuentemente de una actividad a otra, dando la impresión de que pierden la atención en una tarea porque pasan a entretenerse con otra. La hiperactividad se caracteriza por una inquietud excesiva, en especial en situaciones que requieren una relativa calma.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento debe instaurarlo un especialista. Se utilizan fármacos estimulantes del sistema nervioso central, como la anfetamina o el metilfenidato. En ocasiones, están indicados los fármacos antidepresivos o los antipsicóticos. Nada más comenzar el niño a tomar la medicación, se debe hacer un seguimiento consensuado, de acuerdo con los familiares y los profesores o educadores, para que la intervención sea más efectiva.
En muchos casos, se complementa el tratamiento farmacológico con la psicoterapia, especialmente para mejorar el aprendizaje, la conducta y las habilidades sociales. Es preciso, asimismo, contar con los padres y los educadores en el proceso de psicoterapia.
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