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TODO SOBRE TRASTORNOS SEXUALES

  • Johanna Falconi, Esteban Paredes, Ines Pilamunga
  • 12 ago 2017
  • 7 Min. de lectura

Se caracterizan por una alteración de los procesos propios del ciclo de la respuesta sexual humana o por dolor asociado con la realización del acto sexual.

Salud Sexual según la OMS se define como la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor.

CLASIFICACIÓN:


1. Trastornos de la identidad sexual

2. Parafilias

3. Disfunciones sexuales.


TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL


En este trastorno lo fundamental es la incongruencia entre el sexo anatómico y la identidad sexual. La identidad sexual es la conciencia de "ser un hombre" o "ser una mujer".


La CIE 10 considera tres trastornos diferentes en este grupo:


✓ Trastorno de la identidad sexual en la infancia

✓ Travestismo no fetichista

✓ Transexualismo.



Para este diagnóstico se requiere cuatro subgrupos de criterios:


  • Criterio A.- Debe evidenciarse que el individuo se identifica de un modo intenso y persistente con el otro sexo.


En los niños, el trastorno se manifiesta por cuatro o más de los siguientes rasgos:

a) Deseos repetidos de ser, o insistencia en que uno es, del otro sexo.

b) En las niñas, insistencia en ponerse solamente ropa masculina; en los niños, preferencia por vestirse con ropa de niña o mujer.

c) Preferencia intensa y persistente por el papel del otro sexo o fantasías recurrentes de pertenecer al otro sexo.

d) Atracción intensa de participar en los juegos y pasatiempos propios del otro sexo.

e) Marcada preferencia por compañías del otro sexo.


En los adolescentes y adultos, el trastorno se manifiesta por síntomas tales como:

a) Un deseo intenso de pertenecer al otro sexo, lo que se revela por un afán de adoptar el rol del otro sexo o de adquirir su aspecto físico, mediante tratamiento hormonal o quirúrgico.

b) Un deseo firme de ser considerado como del otro sexo, para lo cual adoptan el comportamiento, la vestimenta y los movimientos contrarios a su sexo anatómico.

c) Un deseo de vivir o ser tratado como si fuese del otro sexo.

d) La convicción de que ellos experimentan las reacciones y las sensaciones propias del otro sexo.


  • Criterio B.- Deben existir pruebas de malestar persistente por el sexo asignado o un sentimiento de inadecuación en el desempeño del rol sexual. En los niños este malestar se pone en evidencia merced a los siguientes rasgos:

➢ Varones: sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer; que sería mejor no tener pene; o sentimientos de rechazo a los juguetes, juegos y actividades propios de los niños.

➢ Niñas: rechazo a orinar en posición sentada; sentimientos de tener o presentar en el futuro un pene; el anhelo de no querer poseer senos ni tener la menstruación; aversión hacia la ropa femenina.

  • Criterio C.- Este diagnóstico no se hará si el sujeto presenta simultáneamente una enfermedad intersexual (por ejemplo, el síndrome de insensibilidad a los andrógenos o una hiperplasia suprarrenal congénita).


  • Criterio D.- El trastorno debe producir un sentimiento de malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de su actividad.


SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS.

✓ Aislamiento social

✓ Autoestima baja

✓ Ansiedad y depresión.

✓ Exposición a diversos riesgos, principalmente al SIDA.

✓ Intentos de suicidio

✓ Trastornos por abuso de sustancias psicoactivas.


TRATAMIENTO

El tratamiento es difícil y pocas veces se tiene éxito si es que la meta es que la persona afectada reasuma su identidad y el rol sexual que le corresponde. Sin embargo, se puede aliviar los síntomas concomitantes y ayudar a los pacientes a que se sientan mejor con el rol sexual que adopten. En función de cada caso, se emplearán la psicofarmacoterapia, el tratamiento hormonal y la reasignación quirúrgica.

PARAFILIAS


También denominadas desviaciones o perversiones sexuales se caracterizan por una activación sexual ante objetos o situaciones que no forman parte de las pautas habituales de los demás y que puede interferir con la capacidad para una actividad sexual recíproca y afectiva. Tales actos, que tienden a ser insistentes e involuntariamente repetitivos, implican:

a) La preferencia por el uso de objetos sexuales no humanos para alcanzar la excitación sexual.

b) Actividad sexual repetitiva con personas, pero en la que se da sufrimiento o humillación real, no simulada.

c) Actividad sexual repetitiva con niños o personas que no consienten.

Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o fantasías parafílicas pueden ser estímulo de excitación sexual para una persona sin ello llegar a ser una parafilia.



El DSM-IV considera ocho parafilias, más una categoría residual.


1. Exhibicionismo.- Consiste en necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona extraña, sin que se pretenda luego tener relaciones sexuales con el desconocido, aunque muchas veces el exhibicionista se masturba al tiempo que se muestra .


2. Fetichismo.- Consiste en el uso de objetos no vivientes (fetiches) como método preferido para conseguir excitación sexual. Los fetiches tienden a ser artículos de vestir (ropa interior femenina, zapatos) o, menos frecuentemente, partes del cuerpo humano (por ejemplo, cabellos).


3. Frotteurismo.- Consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican el contacto y el roce con una persona que no consiente. Teniendo presente que lo excitante es el contacto pero no necesariamente la naturaleza coercitiva del acto.


4. Pedofilia.- El individuo durante un período de por lo menos seis meses, experimenta necesidades sexuales intensas y recurrentes así como fantasías sexualmente excitantes que implican actividad sexual con niños (generalmente de 13 años o menos). La edad del paciente se sitúa arbitrariamente en 16 años o más y debe ser por lo menos cinco años mayor que el niño.


5. Masoquismo Sexual.- El masoquista consigue la excitación sexual a través del sufrimiento, es decir, siendo humillado, golpeado o atormentado de cualquier manera. El diagnóstico debe hacerse cuando el individuo realiza actos -hechos reales, no simulados- que impliquen sufrimiento y no solamente cuando se entrega a fantasías de tal género.


6. Sadismo Sexual.- Es la imposición de sufrimiento físico o mental (real, no simulado) a otra persona con el propósito de obtener la excitación sexual. La pareja del sujeto sádico puede consentir o no este trato.


7. Voyeurismo.- También denominada como escoptofilia, se caracteriza por la observación repetida y subrepticia a gente que está desnuda, desvistiéndose o realizando el coito, pero sin que busque ningún tipo de contacto sexual con la gente observada. A menudo el individuo se masturba durante el acto o poco tiempo después, pero no busca tener relaciones sexuales con las personas observadas.


8. Fetichismo transvestista.- Implica necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes, de por lo menos seis meses de duración, que involucran el uso de vestimentas del sexo opuesto. El sujeto con este trastorno no desea cambiar de sexo.


9. Parafilias no especificadas (o atípicas).- Estas alteraciones no cumplen los criterios para cualquiera de las categorías específicas citadas.


✓ Escatología telefónica: llamadas obscenas

✓ Necrofilia: cadáveres

✓ Parcialismo: atención centrada exclusivamente en una parte del cuerpo

✓ Zoofilia

✓ Coprofilia

✓ Klismafilia: enemas

✓ Urofilia


DISFUNCIONES SEXUALES

Son problemas en el funcionamiento erótico de las personas que usualmente impiden el desarrollo de una vida erótica plena, el desarrollo de vínculos eróticos satisfactorios en las parejas y que, muy frecuentemente deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas.


Existen cuatro características presentes en todas las disfunciones sexuales:


1. Se trata de procesos de naturaleza erótica. Por erotismo entendemos a los procesos humanos en torno al apetito por la excitación sexual, la excitación misma y el orgasmo, sus resultantes en la calidad placentera de esas vivencias humanas, así como las construcciones mentales alrededor de estas experiencias.


2. Son procesos que se consideran indeseables, es decir, existe acuerdo entre los miembros de una sociedad (o cuando menos entre los miembros de esa sociedad que elaboran las clasificaciones de salud) en que sería más deseable que las personas no vivieran sus procesos eróticos con las características de las disfunciones sexuales (por ejemplo sin orgasmos), en cuyo enunciamiento, descripción e intentos por tratarlos existe una afirmación sustentada en una ideología.


3. Son procesos que se presentan en forma recurrente y persistente en la vida erótica de las personas.


4. Se presentan en la práctica clínica en forma de síndromes, es decir, se presentan como un grupo de síntomas permite la identificación de grupos de personas con síntomas similares pero no permite la identificación del tipo de causas que las determinan.





Síndromes de dolor sexual (Dispareunia)


La dispareunia se caracteriza por la presencia de dolor durante el coito. Es importante señalar que no existen condiciones en las que el dolor pueda considerarse normal. Este dolor puede presentarse en el momento de la penetración, durante la fricción en algunas posiciones específicas, con determinados movimientos.

La intensidad de los síntomas comprende desde una sensación de leve malestar hasta un dolor intenso. La dispareunia es una disfunción que con elevada frecuencia tiene su origen en un trastorno físico.



EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS PSICOSEXUALES

Apunta a obtener la información válida para comprender los trastornos sexuales, establecer el diagnóstico y formular una estrategia terapéutica adecuada. La piedra angular del diagnóstico es la entrevista clínica, la cual se completa con la exploración física, las pruebas de laboratorio y otros métodos especiales de diagnóstico desarrollados por la medicina sexológica.


- Análisis de la molestia principal.

¿Tiene el paciente realmente un trastorno psicosexual? ¿O se trata de la expresión de tensiones menores que ocurren en una persona básicamente sana?


- Examen de la condición sexual.

¿Cuál es el diagnóstico? ¿Qué fase de la respuesta sexual está perturbada? ¿Cómo afecta ello la experiencia sexual del sujeto?


- Determinación de la condición médica.

¿Sufre el paciente una enfermedad o ingiere alguna droga susceptible de causar el síntoma en cuestión?


- Determinación de la condición psiquiátrica.

¿Deriva el síntoma de otro trastorno psiquiátrico?


- Evaluación de la historia psicosexual y familiar.

¿Cuáles son las causas psicológicas inmediatas? ¿Cuáles las profundas? ¿Cuán severas son estas causas? ¿Qué clase de resistencias cabe esperar?


- Evaluación de la relación de pareja.

¿Radica la causa de la disfunción en una perturbación del patrón interaccional de la pareja?


TRATAMIENTO

La evaluación determina el tipo de tratamiento más adecuado. En unos casos se privilegia el tratamiento médico o quirúrgico, y en otros el psicológico. Si el problema orgánico no puede ser superado plenamente se impone el consejo y la rehabilitación sexual.

La terapia sexual apunta a mejorar la comunicación de la pareja, a proporcionar información adecuada y, así, corregir las creencias erróneas acerca de la sexualidad, de modo que ésta sea integrada naturalmente en un clima de aceptación del placer como un componente vital de la relación de pareja.

La hipnoterapia y los afrontes cognitivo-conductuales, de grupo, conyugales y sistémico-familiares tienen también un lugar en el tratamiento de los trastornos sexuales.

Algunas de las técnicas generales empleadas en sexoterapia pueden ser prescritas por el médico general. Mencionemos por ejemplo, la abstinencia coital y orgásmica, que busca liberar al paciente de la obligación de realizar el coito, eliminando así el temor al fracaso; la focalización sensorial, que intenta el redescubrimiento del placer por parte de la pareja, mediante la aplicación mutua de caricias; o la activación de las fantasías sexuales, vía lecturas, fotos o filmes eróticos. Son útiles los ansiolíticos y los antidepresivos en los casos de fobia sexual. La tioridazina (Meleril) puede ayudar en los de eyaculación precoz.






 
 
 

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