TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE EN NIÑOS
- Nickole Candell, Melissa Cesme, Grace Pacheco
- 14 ago 2017
- 3 Min. de lectura

Los trastornos del aprendizaje son problemas que afectan la capacidad del niño de recibir, procesar, analizar o almacenar información. Éstos pueden causarle dificultades para leer, escribir, deletrear o resolver problemas matemáticos.
Dos tipos de problemas durante la infancia tienden en ocasiones a superponerse y con frecuencia confundirse; los trastornos del aprendizaje y los trastornos de las conductas. Los primeros se refieren a fallas cognoscitivos (no del comportamiento) aunque en ocasiones llegan a vincularse también con cambios en la conducta, en tanto que los últimos, por otra parte implican usualmente una relación con dificultades en el aprendizaje.
El cuadro 1.1 presenta algunos criterios comparativos entre los trastornos del aprendizaje y la hiperactividad, tomada esta como modelo de un trastorno en la conducta.
El cuadro 1.2 presenta la clasificación de los trastornos específicos en el desarrollo incluidos en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su cuarta edición.
Según la cual se distinguen tres grandes grupos de desórdenes específicos en el desarrollo:
Trastornos del aprendizaje, que incluyen los problemas en la adquisición del cálculo (discalculia del desarrollo), la lectura (dislexia del desarrollo) y la expresión escrita (disgrafia del desarrollo).

Trastorno de las habilidades motoras (dispraxia del desarrollo).
Trastornos de la comunicación, que incluyen los problemas en el lenguaje de tipo expresivo, mixto receptivo-expresivo (disfasia del desarrollo), el trastorno fonológico (dislalias), y, finalmente, la tartamudez.
Los trastornos del comportamiento incluyen hiperactividad, impulsividad y déficit de atención, aunque es usual que estas 3 características aparezcan altamente correlacionadas.
Aquí se incluyen igualmente los trastornos de la conducta (asociados con agresión, destructividad) otros, sin una relación especifica con problemas de conducta.
Se ha calculado que cerca de una tercera parte de los niños con trastornos del aprendizaje manifiestan algún nivel de hiperactividad, y que al menos 95% de los niños hiperactivos presentan dificultades en el aprendizaje.
Sin embargo, las dificultades en el aprendizaje de los niños hiperactivos no necesariamente resultan de un funcionamiento cognoscitivo disminuido, de hecho, es más frecuente que obedezcan a una incapacidad para mantenerse dentro de la tarea de aprendizaje.
DEFINICIÓN
El prototipo por excelencia de un problema específico en el aprendizaje es la dislexia, misma que ha sido definida por la world federation of neurology (federación mundial de la neurología) de la siguiente manera:
“la dislexia es un trastorno que se manifiesta por dificultades para aprender a leer, a pesar de una instrucción convencional, inteligencia adecuada, oportunidad sociocultural. Depende de dificultades cognoscitivas fundamentales que frecuentemente son de origen constitucional”
Ese mismo modelo de definición se aplica a otros trastornos del aprendizaje. Hay varios puntos que merecen resaltar en ella:
Se enfatiza que la dificultad es específica, ya que existe una inteligencia normal; de lo contrario, se trataría de una dificultad inespecífica o global en el aprendizaje (retraso mental)
Queda claro que un defecto cognoscitivo, no del comportamiento, aunque de hecho no se excluye la posible asociación con el ámbito conductual.
Se señala que puede ser de origen constitucional, es decir, se relaciona con características funcionales del sistema nervioso central, además de presentarse por líneas familiares.
Se enfatiza que la dificultad es específica, ya que existe una inteligencia normal; de lo contrario, se trataría de una dificultad inespecífica o global en el aprendizaje (retraso mental)
Queda claro que un defecto cognoscitivo, no del comportamiento, aunque de hecho no se excluye la posible asociación con el ámbito conductual.
Se señala que puede ser de origen constitucional, es decir, se relaciona con características funcionales del sistema nervioso central, además de presentarse por líneas familiares.

TRATAMIENTO
Juegos para definir y afianzar conceptos espaciales y temporales básicos que actuarían, por un lado como referentes que guían las ejecuciones de las actividades en general y, por otro, gracias a su función estructurante, como facilitadores del almacenaje en la memoria inmediata de los datos que se exponen en las instrucciones.

Juegos de atención visual y auditiva: búsqueda de datos concretos en una configuración visual compleja; captación de diferencias; composición de palabras partiendo de deletreos, listas de cálculos sencillos sostenidos y cronometrados.
Actividades de razonamiento visual: ordenación de secuencias temporales; series de figuras y matrices que deben completar después de descubrir el principio lógico que las rige.

Razonamiento verbal: captar diferentes relaciones entre palabras; clasificación por categorías; relaciones jerárquicas; analogías; adivinanzas; metáforas; inferencias.
Juegos de lenguaje: evocación de términos en función de diferentes criterios; encadenamientos; adivinanzas; invención de palabras y significados; crucigramas creados por ellos mismos; pasa-palabra.
Estructuración del discurso verbal: conversaciones; respuestas; definiciones; descripción de objetos, situaciones, escenas, sentimientos; construcción de proposiciones con suficiente elaboración y corrección morfosintáctica; relatos de experiencias.
Desarrollo del conocimiento del código alfabético: análisis sonoro de las palabras; discriminación de sonidos parecidos; instalación de las asociaciones sonido-letra; segmentación de las palabras en sus diferentes componentes: fonotreos, deletreos, silabeos, morfemas; reflexiones ortográficas- letras fáciles, letras confusas.
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